Estos días he podido leer en la prensa como hay una campaña de recogida de firmas, para solicitar elección de jornada escolar. Lo que significa en la mayoría de los casos, cambiar jornada partida por jornada intensiva, para niños y niñas desde los tres añicos.
El cambio que se produce en muchos centros escolares cuando se aplica la jornada intensiva, es la perdida de servicios como el de comedor, o perdida de las actividades extraescolares entre otras. Como si no fueran suficientes los recortes que en estos tres años hemos sufrido en las aulas, como para que ahora se abra la puerta a unos recortes que además parezca que la propuesta mayoritaria sea de los propios padres y madres.
El poder aplicar diferentes jornadas escolares en diferentes centros educativos de una misma Comunidad Autónoma, provincia o localidad, a mi entender rompe con lo que supone de garante de la igualdad de oportunidades para el alumnado en general, sin exclusiones, ni discriminaciones.
Desde luego hay quien se está frotando las manos, pues por la perdida de derechos consolidados de las familias, por el aumento de niños y niñas sin derecho a comedor, por el aumento de educadores interinos en nuestras escuelas, y tantas otras medidas en contra de la calidad de educación pública, no hemos sido capaces de hacer la misma “presión”. Y algo en lo que puede seguir ahorrando Educación, como es el sistema de jornada intensiva, se lo estamos facilitando las familias.
Ya lo dijo alguien, "Ninguna situación es tan grave que no sea susceptible de empeorar."
