El amor a la lectura, nació en mí gracias a mi abuela
paterna.
Una mujer analfabeta que sabía contar muy bien los cuentos de caperucita,
los tres cerditos, el enano saltarín.
Una mujer que de sus ocho hijos, cinco se
le murieron por el camino, por hambre o por enfermedades.
Por eso cuando se
enteraba de que estábamos malas sus nietas, venía a contarnos cuentos, a pasar
la tarde junto a nuestras camas.
Con el tiempo yo empecé a leer y a leerle
libros. Y con el paso de los años hay algunas que sigo releyendo. El primero
que me impacto fue Juan Salvador Gaviota (Richard Bach), y después llegaron
Ensayos sobre la Ceguera de Saramago, Memoria
del fuego (trilogía)de Eduardo Galeano y El Coronel no tiene quien le escriba
de García Márquez.
¡¡ Que triste va a ser este 23 de abril !!
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