jueves, 30 de enero de 2014

Vamos a Madrid!!!

El ‘Tren de la Libertad’, una iniciativa formada por la Tertulia Feminista les Comadres y Mujeres por la Igualdad de Barredos (Asturias),  tiene previsto llegar el sábado 1 de febrero a la madrileña estación de Puerta de Atocha a las 12:00h para exigir que se mantenga vigente la actual ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo.

Como en Teruel no tenemos tren que nos lleve directo a Madrid, nos vamos en autobús. 
Por un aborto legal, seguro y gratuito.






Porque yo decido desde la autonomía moral,  que es la base de la dignidad de una persona, no acepto imposición, o prohibición alguna en lo que concierne a mis derechos sexuales y reproductivos y, por lo tanto, a mi plena realización como persona. Como ser humano autónomo me niego a ser sometida a tratos degradantes, injerencias arbitrarias y tutelas coactivas en mi decisión de ser o no ser madre.
Porque soy libre invoco  la libertad de conciencia como el bien supremo sobre el que fundamentar mis elecciones. Considero cínicos a quienes apelan a la libertad para restringirla y malévolos a quienes no importándoles el sufrimiento causado quieren imponer a todos sus principios de vida basados en inspiraciones divinas. Como ser humano libre me niego a aceptar una maternidad forzada y un  régimen de tutela que condena a las mujeres a la “minoría de edad sexual y reproductiva”.
Porque vivo en democracia y soy demócrata acepto las reglas de juego que deslindan derechos de pecados y ley de religión. Ninguna mayoría política nacida de las urnas, por muy absoluta que sea, está legitimada para convertir los derechos en delitos y obligarnos a seguir principios religiosos mediante sanción penal. Como ciudadana exijo a los que nos gobiernan que no transformen el poder democrático, salvaguarda de la pluralidad, en despotismo.
Porque yo decido, soy libre y vivo en  democracia exijo del gobierno, de cualquier gobierno, que promulguen leyes que favorezcan la autonomía moral, preserven la libertad de conciencia y garanticen la pluralidad y diversidad de intereses. Porque yo decido, soy libre y vivo en democracia exijo  que se mantenga la actual Ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo por favorecer la autonomía moral, preservar la libertad de conciencia y garantizar la pluralidad de intereses de todas las mujeres.

lunes, 27 de enero de 2014

Educación, educación sexual y ley del aborto

 Educar no es prohibir, es construir, capacitar, renovar, fomentar y respetar las diferencias individuales. La educación es el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y crítica.
Las leyes no pueden quedar limitadas solamente a algunas personas o sectores sociales. Sin embargo hemos visto como un proyecto de ley tan importante como el que nos ocupa (el del aborto), solo es aceptado por una parte de la sociedad, y en Europa el único apoyo a este proyecto viene del Sr. Le Pen , persona que queda muy lejos de respetar las diferencias.
Nos encontramos en una encrucijada donde asignaturas son suprimidas y se intenta amordazar a las mujeres, con una ley, para que no puedan decidir.
Hablemos de educación sexual, cuyos objetivos consisten en ayudar a incorporar el sexo a la vida presente y futura de la manera más significativa posible y ofrecer una comprensión básica de todos los aspectos de la vida sexual para el momento en que se alcanza la madurez. Reconocer la existencia de diferentes pautas sexuales y usar el juicio crítico en controversias de carácter ético. La educación sexual es personalización, es humanización y al mismo tiempo responsabilización. Si hablamos de la población más joven es importante ahondar en el conocimiento de la realidad afectivo sexual ya que es un momento en el que su desarrollo personal está claramente marcado por el conocimiento de su cuerpo y de su sexualidad. Sin embargo en este momento, ante una ley del aborto -donde la libertad y los derechos de la mujer son apeados- como la que pretende imponer el P.P., nos lleva a los socialistas a recordar lo que ocurrió en 1985, cuando  tuvimos que debatir sobre la diferencia entre delito y pecado.
Al igual que la educación sexual es un aspecto de la educación general que debe estar integrado a la misma, que no se puede separar, relegar, u olvidar sin crear un grave perjuicio en la integración de la personalidad, pues somos seres sexuados y debemos ser educados como tales, pues el sexo es un elemento de la personalidad total. Existe la necesidad de evolucionar de una actitud de rígida dominación masculina y subordinación femenina. O de considerar a los sexos como idénticos en todo sentido, hacia un respeto flexible e igualitario de la responsabilidad individual aceptando los valores específicos y peculiares de cada uno.

Es por ello que los y las socialistas andamos en el empeño de que se conozcan “las gravísimas consecuencias” que tendría la ley del PP sobre los derechos y libertades de las mujeres españolas, e incluso “sobre nuestro sistema democrático”.