domingo, 18 de agosto de 2013

¿Quién lo sabe?

Días atrás un anciano de ochenta y picos años ha matado a su mujer octogenaria y enferma de Alzheimer. Ya en fase terminal  y  postrada en la cama. Después se ha suicidado él.
Se ha tildado de violencia de género, que pueda ser que lo sea, pero yo más bien veo un hombre empujado al borde del abismo, con recortes en sanidad, dependencia y pensión. Que ve como suben los precio y la pensión cada vez alcanza para menos.
Una persona que como otras muchas familias con hij@s o pareja dependiente, tienen la incertidumbre del amparo que les da el Estado.  La desesperación de que si a mí me pasa algo que será de ti.
¿Quién sabe que lleva al suicidio de una persona tras ser desalojada de su casa, de perder el puesto de trabajo o de la decisión tomada por este anciano?
Ya lo dijo F. Mauriac. Los hombres de Estado son como los cirujanos: sus errores son mortales.

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