martes, 12 de marzo de 2013

Una sonrisa!!!

Un muchacho tocó a la puerta de la casa de su novia y abrió el padre de la muchacha:

- ¿Qué desea, joven?

- Pues verá, vengo a hablar con usted.

- Bueno, pues, pase joven, vayamos a la sala y me cuenta de qué quiere hablar conmigo.

El joven, todo decisión, respondió:

- Mire usted, vengo a comunicarle que a su hija y a mí nos gustaría compartir nuestras vidas, nos queremos casar.

El señor sonrió.

- Muy bien, pero cuénteme muchacho, ¿ya cuenta con un salario digno para poder sustentar a mi hija y los hijos que vengan?

El joven, con todo el aplomo del mundo, contestó:

- Mire, aunque soy Ingeniero titulado, no gano mucho. Sin embargo, su hija me ha comunicado lo que ganan su distinguida esposa y usted. Por lo cual, confío en tener una pequeña ayuda de ustedes para poder pagar el teléfono, el agua, la luz y el supermercado.

Un poco sorprendido por la respuesta, el padre hizo otra pregunta:

- Bueno, ¿y piensan comprar un apartamento, una casa, o prefieren alquilar..?

El joven, con mirada inocente, contestó:

- Si antes le pedí una pequeña ayuda para poder ir viviendo, hemos pensado que, como esta casa es muy grande y pueden vivir perfectamente dos matrimonios, no es necesario comprar o alquilar. Deseamos vivir en  
esta casa con ustedes.

El señor, desconcertado por la actitud del muchacho, continuó con el interrogatorio:

- Dígame algo, ¿tiene automóvil?

El joven, sonriendo, respondió:

- Mire, no tengo coche pero hemos pensado que si usted tiene tres, para qué vamos a comprar uno más. Usted nos deja el que les sobra y así no es necesario adquirir otro.

En ese instante, entró en la sala la madre de la novia,  quien, mirando primero al joven y luego a su esposo, preguntó cordialmente:

- ¿Se puede saber de qué hablan?

El esposo respondió:

- Querida mía, quiero presentarte al Señor Árbitro, quien pretende ser el futuro marido de nuestra hija..

El joven, desconcertado y molesto, dijo:

- Oiga, ¿por qué me llama Señor Árbitro?

A lo que el presunto suegro contestó:

-Y bueno, ¿cómo demonios quieres que te llame si hasta ahora lo único que vas a poner en esta casa es el pito?

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