Una vez más el Ministro de Educación me deja perpleja con sus declaraciones sobre que está dispuesto a transformar un sistema educativo que fomenta la mediocridad por otro que potencie a los alumnos brillantes.«La excelencia no es para todos» y “El empollón no puede ser el friki”, son dos perlas trascritas en una entrevista que le han realizado no hace muchos días. Lamento semejante clasismo en alguien que debería representar el interés de todas las familias españolas que es, la mejor educativa para los hijos e hijas y que con dicha formación superior sean personas altamente cualificadas –tod@s-. Lamento que utilice el término friki para definir a un empollón, pues no todos los empollones son frikis ni todos los frikis son unos empollones. Lo que si tiene muy claro son los términos de excelencia y mediocridad. Pero es tan mediocre escuchar a un ministro de Educación hablar de excelencia, cuando su obligación y la de los Consejos de Educación en todas las Comunidades Autónomas es la pagar a los centros educativos públicos las cantidades adeudadas, porque los están asfixiando económicamente. En la pública no se puede hacer como en la concertada, pedir dineros a los padres para mantener las necesidad de los centros. En la pública el dueño es el Gobierno y debe de mantenerlos en plenas condiciones.
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