lunes, 4 de julio de 2011

Pruebas extraordinarias

Según se va acercando el final del curso escolar, es cuando los padres/madres se preocupan más por las notas de sus hij@s. Aquí quisiera recordar que antes de la última evaluación ha existido la primera y la segunda “entrega de notas”. Que no hay que dejar para el último momento las consultas al tutor/turora sobre el resultado escolar.
Ahora, al final de curso, es cuando uno saca cuentas sobre las horas lectivas que han tenido nuestros hijos/as y las cuentas no cuadran. Lejos, muy lejos quedan las 175 horas que el alumnado de secundaria (salvo honrosas excepciones) tendrían que haber recibido. Además de añadir el conflicto del alumnado que ha aprobado curso pero no sabe si acudir o no los últimos diez días de clase, tras las entregas de las notas finales, pues “el ambiente no es el más propicio”. Todo esto ha sido así, hayan sido los exámenes de “recuperación” en septiembre o en junio.
Pero en este momento –a final de curso- es cuando hay más voces que se quejan de que las “recuperaciones” sean en junio. La preocupación de, sí pasará o no de curso es real, también lo es la presión del fracaso escolar, el interés de que este alumnado tenga una base mínima y las voces que dicen que repetir no sirva para mucho se hacen oír. También hay parte de la sociedad y del Departamento de Educación que entiende que los exámenes en septiembre no beneficia a las familias más desfavorecidas económicamente – no tienen presupuesto para poder pagar academias ni profesores particulares – lo que provoca ahondar más aún en la brecha social.
Sin embargo a mí me gustaría más hablar de evaluación continua, de buscar el máximo rendimiento de cada alumno/a, de conseguir más profesorado por aula (llámese refuerzo del aula, profesor/a de apoyo, auxiliar del docente...). Pues ya a mediados del primer trimestre los docentes son conocedores de las necesidades de sus educandos. No sería necesario la repetición de curso de ningún alumno/a. Los resultados académicos serían más ajustados a la realidad.
Lo dicho, me parece injusto hablar de exámenes en junio o septiembre cuando la respuesta esta en la evaluación continua, motivación al alumnado desde las aulas y desde casa. Así como mejorar el uso del programa Escuela 2.0 y el potenciar el trabajo en grupo del alumnado.

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