Cada vez parece que se espera más de las familias a la hora de educar a los hijos, teniendo en cuenta el aislamiento y el individualismo de la sociedad actual, parece tarea ardua.
Por eso no estaría de más que nos fuéramos familiarizando con el concepto de “competencias básicas”.
Las competencias básicas se refieren a una nueva forma de enseñar/aprender lo imprescindible resolviendo tareas, situaciones-problema de la vida, en un contexto lo más real posible.
La clave es “entender, estar convencido y considerar necesario” de que con la filosofía de las competencias mejoramos la enseñanza y el aprendizaje.
Es posible que así desde la familia y desde la escuela, las competencias básicas, sean una oportunidad de mejora.
El enfoque de las competencias requiere utilizar todo lo que la escuela, la calle, la familia y la sociedad nos enseña para resolver situaciones cotidianas complejas.
Las competencias se adquieren practicando y resolviendo tareas y situaciones.
Por eso es importante la comunicación y el diálogo en casa. Compartir tiempo viendo la televisión, chateando, yendo a la compra doméstica o compartiendo el tiempo de ocio.
No se aprende a ir en bici explicando teóricamente cómo se hace, hay que pedalear.
En fin debemos aspirar a que nuestr@s hij@s tengan espíritu crítico, a que sean capaces de aprender con autonomía, transformar información en conocimientos.
Por qué no realizar algún viaje donde entre todos se busque información de cómo llegar, que ver, que comprar, preparar una ruta…
No encerremos a nuestr@s hij@s en burbujas, no los aislemos de sus iguales, no les evitemos pasar por situaciones que carecen de peligro pero son beneficiosas en conocimiento.
Ya lo dijo Confuncio, “me lo contaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí”
Por eso no estaría de más que nos fuéramos familiarizando con el concepto de “competencias básicas”.
Las competencias básicas se refieren a una nueva forma de enseñar/aprender lo imprescindible resolviendo tareas, situaciones-problema de la vida, en un contexto lo más real posible.
La clave es “entender, estar convencido y considerar necesario” de que con la filosofía de las competencias mejoramos la enseñanza y el aprendizaje.
Es posible que así desde la familia y desde la escuela, las competencias básicas, sean una oportunidad de mejora.
El enfoque de las competencias requiere utilizar todo lo que la escuela, la calle, la familia y la sociedad nos enseña para resolver situaciones cotidianas complejas.
Las competencias se adquieren practicando y resolviendo tareas y situaciones.
Por eso es importante la comunicación y el diálogo en casa. Compartir tiempo viendo la televisión, chateando, yendo a la compra doméstica o compartiendo el tiempo de ocio.
No se aprende a ir en bici explicando teóricamente cómo se hace, hay que pedalear.
En fin debemos aspirar a que nuestr@s hij@s tengan espíritu crítico, a que sean capaces de aprender con autonomía, transformar información en conocimientos.
Por qué no realizar algún viaje donde entre todos se busque información de cómo llegar, que ver, que comprar, preparar una ruta…
No encerremos a nuestr@s hij@s en burbujas, no los aislemos de sus iguales, no les evitemos pasar por situaciones que carecen de peligro pero son beneficiosas en conocimiento.
Ya lo dijo Confuncio, “me lo contaron y lo olvidé, lo vi y lo entendí, lo hice y lo aprendí”
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