jueves, 31 de diciembre de 2009

Libros y pantallas

Os contaré que al colegio que iba mi hija de pequeña, cuando llegaba la Semana Cultural organizábamos bien como Asociación de Padres y Madres o bien colaborando con el cole la exposición de turno.
Pues bien, allá por el curso 2000/01 la organizamos como AMPA y la dimos en llamar “Libros de ayer y de hoy” aportando a la exposición todo tipo de textos literarios, enciclopedias, material de consulta escolar (de nuestras épocas), tebeos, cuentos infantiles y facsímiles varios de libros “exóticos”.
Al curso siguiente la exposición corrió por cuenta del colegio y ésta estaba encaminada a la “Animación a la lectura” y añadieron lo que entonces nos pareció tan increíble como trabajar en las aulas a través de ordenadores, es más recuerdo que el entonces Director, con el que coincidimos en la exposición, sita en la biblioteca del cole, medio en broma medio en serio comento, dentro de poco no hará ni falta que haya un maestro en el aula.
Recuerdo que ese mismo verano del 2001 una editorial me ofreció el trabajar para ellos, y viajar a los centros escolares de la provincia de Teruel no solo a vender los libros para estudiar en soporte de papel, sino para empezar a introducir el libro electrónico, pero como ocurre con estas cosas, entonces “electrónico” se llamaba a los C.D. donde estaban grabadas las lecciones y que estás se introducían en un ordenador. Ordenadores que casi ningún colegio tenía y que en el nuestro habíamos conseguido gracias a una campañas de una gran firma de supermercados que “SABE” mucho de propaganda publicitaria y daba puntos para ordenadores a razón del importe de la compra.
Pues bien ¡¡ya no cabe ninguna duda!!, después de ver la cantidad de artículos dedicados a los libros electrónicos a lo largo de este año y el éxito que han tenido en estas fechas navideñas, llegará un momento en que el tacto al pasar las hojas de un libro y el olor a tinta, se quedará en un rincón de nuestros recuerdos ... si bien espero que nunca desaparezca el maestro del aula, el libro electrónico conseguirá erradicar mi mala costumbre de mojarme el dedo antes de pasar la página.

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