domingo, 28 de junio de 2009

No entiendo el concepto de justicia, pues leo con asombro las sentencias raquíticas aplicadas por violaciones, equiparaciones ridículas de los abuso a menores, condenas exiguas a conductores borrachos que asesinan a peatones, sentencias a individuos que a una misma persona han violado, atropellado y quemado, con un veredicto pusilánime y grotesco.
También lo son las sentencias a secretarias de juzgados, a fiscales y jueces. Condenas que las convierten en económicas, ridículas todas ellas para la gravedad de las actuaciones. Seguramente todos estos dictámenes serán muy legales, pero el sentir de la calle no es ese.
Al menos el Tribunal Constitucional no ampara a dos policías locales de Sevilla que hicieron manifestaciones falsas.
Es difícil, muy difícil, no perder la calma al leer estos veredictos. Ya se que no está de moda hablar de moralidad, y así lo hemos comprobado al ver que toda esta crisis mundial que estamos padeciendo, se fraguo en las fogones financieros. Son los únicos que han tenido perdidas mínimas, durante y tras el crac general y sin embargo son muchos ciudadanos de a pie, que han perdido casi todo y el resultado es que a día de hoy, hay muy pocos procesados.
Tampoco es honesto intentar amedrentar la moral, amenazando a través de los hijos, si además estos son menores. Como tampoco lo es que bajo el paraguas de la sensibilidad de familiares de republicanos muertos tiempos ha, una y otra vez se evoque su recuerdo para una memoria histórica, habiendo fosas que nadie se quiere hacer cargo de abrir.
Ya veis que del exterior no hablamos, ni tocar lo que ocurre allá por Irán, Honduras, Italia o Alemania, pues para hablar de inmigrantes no hay que irse más allá del PP de Castellón o Valencia.
Y para hablar de inteligencia, ahí tenemos el caso de Alberto Saiz, director del Centro Nacional de Inteligencia.
Y porque no todo sea negativo, recordemos los bolsillos de cristal, que quiere Patxi López de los suyos y celebremos el anteproyecto de la Ley de Prevención del Blanqueo de Capitales.
Y hablando de blanqueo, se apago la voz de Michael Jackson, que como veis era una amalgama de casi lo todo hablado en este artículo.

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