miércoles, 20 de mayo de 2009

Copos de algodón

Ya hemos llegado a la época en que los chopos envuelven la ciudad con copos de algodón. Es el tiempo en que las ventanas es mejor no abrirlas durante mucho tiempo hasta que pasen unos días.
También se acercan los fechas donde las tardes serán más ociosas, las calles estarán habitadas por chiquillería y no tan chiquillería y empezaremos a buscar las sombras para resguardarnos del sol veraniego.
Comprobaremos un año más que vuelve a haber palomas (otra vez) alrededor de las terrazas, las terrazas a ocupar un espacio superlativo y conste que este invierno las terrazas no han dejado de estar presenten en el paisaje urbano. De día ocupando espacio peatonal y de noche apiladas en montañas, imitando a columnas próximas.
Comprobaremos que la pintura de los pasos peatonales, ha sucumbido al paso de los vehículos adhiriéndose a sus ruedas y alguien comentará en voz alta... pues podían haber utilizado la pintura de los números que están marcados en el suelo y no se han borrado, desde medievales.
Sin embargo espero que este verano mejore, y no justifiquemos, las montañitas de cáscaras de pipas, los envoltorios de los helados o de cualquier otro componente que no corresponde estar sobre el pavimento.
Que seamos capaces de conversar en la calle, sin tener que apartarnos para dejar pasar a vehículos que no acatan las normas. Y que ejercitemos el papel de progenitores para educar a nuestra prole en el respeto hacia el entorno, hacia la ciudad y hacia sus habitantes.
Ya lo decía Antonio Machado, no basta mover para renovar; no basta renovar para mejorar.

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