martes, 12 de mayo de 2009

Carta al director publicada.

A finales de los ochenta, tuve la suerte de pasar una temporada en Lanzarote y ahí es donde aprendí gracias Cesar Manrique (¿os sonará Lanzarote y los Jameos del Agua o Cueva de los Verdes?), a apreciar lo importante que es, que como ciudadanos, aprendamos a respetar los espacios naturales, la importancia de la educación ambiental y el aprovechamiento de los recursos naturales.
Y esto se puede conseguir si modificamos las pautas de comportamiento de las personas y empresas para potenciar el respeto al medio ambiente a través del ahorro en la utilización de los recursos naturales y de la mejora de la eficiencia en su utilización. Hoy por hoy, el incrementar el conocimiento y la concienciación de las personas, es una de las labores más importantes.

Y si hablamos de Teruel, seguimos sin depositar en los contenedores de colores todo el material que corresponde a cada uno. Es más en esto momento aunque es cierto que no hay delante del portal de cada casa (ni falta que hace) contenedores de reciclaje, no los tenemos muy lejos y se ha incrementado el número de todos ellos (cartón, vidrio y plásticos). Ocurre lo mismo con los contenedores de las pilas o el de medicamentos usados.

Es cierto que quizás fuera bueno que nos recordaran, por ejemplo desde el Ayunt. de Teruel, en donde se encuentran todos estos contendores, así también apreciaríamos la gran cantidad de personas que hacen uso de ellos, pues cada vez es más numerosa las veces que tienen que vaciarlos por semana.

No me gustaría terminar sin recordar que aún podemos reciclar más materiales como son el aceite doméstico ya utilizado (por favor lo no tiréis por las tuberías, mejor meterlo en un bote de cristal, taparlo y tirarlo junto a la basura normal), en Zaragoza la recogida se hace a través de las asociaciones de vecinos. O los contenedores para tejidos, que los he utilizado concretamente en Ciudad Real.

Y que si se consigue un buen transporte colectivo, una iluminación de bajo consumo en la urbe y una peatonalización real del centro de la ciudad, también se reducirá la contaminación acústica y lumínica urbana.

Hay un proverbio que dice: enseñar es tan gratificante como aprender.
Aasí pues a quien corresponda y ya que en meses anteriores se han hablado de manuales del buen ciudadano para otras actividades, no estaría de más un Manual de Buenas Prácticas tendente a lograr una mayor eficiencia y con el que se pudiera trabajar tanto desde el ámbito familiar como escolar.

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